Ayer día del Pilar, y por lo tanto día del Benemérito Instituto de la Guardia Civil. Me quede sorprendido, al ver en la iglesia a tantísima gente. Sobretodo por los tiempos que corren, en los que quizás amparandonos en un pasado que a nuestra generación, ni a otras más recientes que la nuesta, nos corresponde, seguimos viendo a los "picoletos" como el enemigo a batir. Se sigue pensado en un cuerpo anclado en los tiempos del franquismo, lleno de analfabetos y desertores del arado.
Pero, mi sorpresa fue mayor, cuando al salir de ella me encontre a esta joven guardia civila, en primer tiempo de saludo. Integrante de una familia de Guardias Civiles (ella quinta generación).
Aún quedan muchos años para que nuestra pequeña protagonista, diga si quiere seguir la tradición familiar o quiere escoger otro de los muchos caminos que le presentará su futuro. Pero, mientras tanto, podemos utilizar esta imagen de una infancia tierna, para pensar que ella puede ser el futuro del Instituto Armado, que ya merece que se le jusgue por su presente, y no por su pasado, pero pasado bastante lejano. La gran mayoría de sus componentes, son hijos de la democracía, y como tales deben de ser tratados.
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