jueves, 20 de agosto de 2009

Siempre, nos estamos quejando


El día 19, al puerto de Motril, llegaron inmigrantes. Entre ellos cuatro niños, los cuales en brazos de sus padres o sus madres, hacían cola para que los voluntarios de Cruz Roja los etiquetaran, y posteriormente la Policía Nacional los metiera en un Centro de acogida, donde ni tan siguiera tienen donde dormir dignamente. Pues, ninguno de ellos derramó una sola lágrima. Todos esperaban, su turno. Y no pude dejar de pensar, en todo lo que nos podemos llegar a quejar nosotros.

Lo siento, pero para quejarse puede estar el padre de la fotografía, que se ha jugado la vida y la de su hijo, por llegar a un país, que nosotros catalogamos de mierdal, y para él es un rayo de esperanza en su vida y la de su hijo.

1 comentario:

  1. Al ver a este hombre exausto con su hijo en brazos, te das cuenta que precisamente por que hay gente como él, que sufre en silencio y no se queja que la vida merece la pena y sobre todo la de ellos que muchísimos se quedan en el camino de conseguir una vida mejor. Pero muchos de nosotros ¿como los recibimos? ¿algunos los vemos como invasores?¿como simplemente negros o negritos como los denominan algunos?. Todos nosotros, nos quejamos por todo y no nos damos cuenta que esta queja constante la absorben nuestros hijos y hacemos de ellos unos egoístas y a veces senófogos. Sinceramente deberíamos alegrarnos cada mañana cuando nos despertamos y dar gracias por lo que tenemos y ponernos en el lugar de los que no son tan afortunados como nosotros pero no nos lo recuerdan cada cinco minutos

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